La catedral de Santa Maria de Tortosa vuelve a lucir el aspecto que tenía en el siglo XVII tras la limpieza y puesta a punto de su fachada y CEMEX ha sido la empresa encargada de suministrar el hormigón necesario para la rehabilitación de la plaza y la escalinata central, que se han abierto al público después de seis años de obras. En total han sido 2.000 m3 de hormigón, de los cuales la mitad han sido de la gama Hormicroma, una solución que permite acabados estéticos y colorimetrías adaptadas a cada caso y con altas garantías de durabilidad.

Según comenta  Sergio Sevil, gerente comercial de Aragón y Cataluña de CEMEX, “el principal reto de esta obra ha sido fabricar un hormigón con el color exacto de la Catedral”, principal necesidad de la obra para mantener su aspecto original. Ramón Marqués, responsable comercial de la zona del Delta del Ebro, ha sido el responsable de conseguirlo. “Para nosotros la mayor satisfacción es ofrecer exactamente el  producto que el cliente quiere y, en esta ocasión y después de muchas pruebas, hemos conseguido el color que demandaban.” Asimismo,  otro importante desafío ha sido adecuar el proyecto a las necesidades del Museo que se encuentra en el subsuelo de la plaza, y que cuenta con restos romanos, visigóticos y del s. XVI. La plaza se ha construido elevada para poder albergar en la cota cero de la misma el museo.  En la actualidad este centro tiene abiertas sus puertas a los visitantes para que puedan hacer un recorrido por los más de quince siglos de historia  de la ciudad de Tortosa en el entorno de la Catedral, que también ha sido puesta a punto con  la limpieza integral de su fachada.