Boletín Digital

Una industria en pie frente a la adversidad

En estos duros momentos en los que mucha gente está sometida al dolor y a la desesperanza, y todos a la incertidumbre de nuestro futuro, quería en primer lugar y en nombre de toda la industria del cemento, rendir un homenaje a los fallecidos y a todos aquellos que estáis especialmente afectados, tanto en lo personal como en vuestro entorno, por este virus y sus consecuencias. Además de dar las gracias de corazón a todas las personas, entidades y servicios públicos, sin excepción, que están ayudando y se están sacrificando por los demás. Este virus no nos vencerá, al contrario, nos va a hacer más fuertes como sociedad; una sociedad más comprometida, más solidaria, más unida, una sociedad en pie frente a cualquier adversidad. Pero para que la sociedad resista, necesitamos una industria fuerte.

La industria española ha sido y es una parte activa del esfuerzo colectivo que la sociedad está realizando para luchar contra la enfermedad, y está siendo a su vez, de forma directa y por su efecto inducido en el sector servicios, el activo más sólido para mantener la actividad económica. La parálisis productiva, el pánico financiero y las afecciones económicas que esta pandemia está provocando apuntan a una crisis económica mundial similar a la recesión del 2008; con consecuencias más graves en sectores que, como el nuestro, llevamos más de una década intentando recomponer.

Fortalecer la economía requiere de políticas económicas decididas y en las que no se puede obviar el papel que desempeñan las actividades ligadas a la construcción, que suponen de forma directa e indirecta el 14% del PIB, y que generan un impacto muy relevante en la creación de empleo y en la economía en su conjunto. Desde la Alianza por la competitividad de la industria, hace unos días elaboramos un “plan de choque” con propuestas para reactivar la economía  de nuestro país, en las que el impulso de la inversión pública en infraestructuras, vivienda y rehabilitación toman un especial protagonismo por su efecto tractor indispensable para la industria, los sectores auxiliares y los servicios.

Medidas como un programa de inversión en infraestructuras y vivienda pública financiado directamente o con la cofinanciación del Banco Europeo de inversiones, que permita extender la generación inmediata de actividad y empleo por toda la geografía nacional; agilizar la tramitación, inicio y desarrollo de planes y proyectos de desarrollo urbanístico; implementar un programa integral de rehabilitación de viviendas y equipamientos públicos; activar las inversiones públicas ya licitadas en infraestructuras de transporte, hidráulicas, energéticas, medioambientales o de equipamientos; o iniciar programas de renovación/extensión de las redes de saneamiento y de separación de aguas residuales y pluviales, son ahora fundamentales.

No podemos olvidar tampoco que a la inversa de lo que sucedió en 2008, muchos trabajadores de la construcción encontraron empleo en el sector del turismo y de la hostelería; y ahora, precisamente es la construcción la que debe evitar la destrucción de cientos de miles de empleos. Por descontado, la seguridad y salud de los trabajadores son una prioridad para nosotros. Somos una industria acostumbrada a la gestión de riesgos y tenemos capacidad profesional y técnica suficiente para prevenirlos y evitarlos, por lo que tenemos activados todos los protocolos para garantizar las condiciones de trabajo más seguras.

Quisiera cerrar este editorial como lo empecé, con una llamada a la esperanza y con la confianza en que esta es una crisis temporal, un paréntesis en nuestras vidas. Volveremos a la normalidad, sin duda. Y lo haremos más temprano que tarde si no bajamos la guardia, si todos unimos nuestras fuerzas y colaboramos desde nuestras respectivas responsabilidades.

Víctor Hugo García Brosa
Presidente de la Agrupación de fabricantes de cemento de España, Oficemen

abril 2020

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